#ElCantarDeMiTierra

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folklore por siempre!

martes, 2 de abril de 2019

CRONICA DE LA GESTA DE MALVINAS Hablar de soberanía siempre ha sido en la Argentina recordar a las Malvinas como la tierra usurpada y cien años reclamada por pertenencia genuina. Y fue un viernes dos de Abril en horas de madrugada cuando tropas de la Armada tomaban Puerto Argentino moría en combate Giachino, su nombre inmortalizaba. 1 La noticia se anunciaba por radio y televisión, causaba gran sensación saber que nuestros soldados habían recuperado aquel lejano rincón. El pueblo salió a la calle demostrando la alegría; mucho no se comprendía los vivas al presidente, odiado por tanta gente y como un héroe ese día. Lo cierto fue que Galtieri había encendido la guerra; Argentina e Inglaterra ponían en juego su honor como tanteando el valor en esas lejanas tierras. El jefe de Agrupación nos explicó claramente: que la guerra era inminente y que teníamos la gloria de quedar en nuestra historia como clase combatiente. 2 Se incorporaron soldados de los años anteriores y empezaron los rumores al ir pasando los días; se esperaba una amnistía antes de acciones mayores. Perú nos brindó su apoyo y Chile nos traicionó; sin tapujos ayudó a la flota del pirata. No olvidar, de eso se trata Lo que realmente pasó. Todo se fue sucediendo sin pausa y rápidamente, el canciller Costa Méndez tramitaba soluciones y gobernaba ambiciones Mario Benjamín Menéndez. Con actitud triunfalista informaba a nuestra gente el cronista Gómez Fuentes porque era el corresponsal de la noticia oficial que llegaba al continente. 3 Comenzaron los combates el veinticinco de Abril y sin usar su fusil, pintando su cobardía sin combatir se rendía el teniente Alfredo Astíz. Mientras tanto por aquí las radios dejaban fuera toda música extranjera de origen anglosajón, flameando en cada balcón con orgullo la bandera. Surgían por primera vez júbilos de identidad, se ignoraba la crueldad que vivían nuestros soldados “el sur estaba alejado” y era la otra realidad. Allí todo era distinto y sobre el silbo del viento marchaban los pensamientos, quién sabe hacia qué rincones pidiendo con oraciones que finalice el tormento. 4 Desde las frías trincheras se esperaba al enemigo, un cielo gris fue testigo de lo triste del paraje; y en esa trampa salvaje: poca comida y abrigo. Bombardearon Puerto Darwin y también Puerto Argentino, y aunque después sobrevino el ataque defensivo... fue muy claro y descriptivo el presagio del destino. Un dos de Mayo enlutado nos sorprendió mano a mano, habían hundido al Belgrano fuera de zona de guerra, Margaret Thatcher, “la perra”, criminal de mis hermanos. Ella había dado la orden pese a todo y contra todo de lanzar de cualquier modo los torpedos al crucero. En su espíritu guerrero nadie doblaría su codo. 5 Era “la dama de hierro” con disfraz de hipocresía, eslabón de dinastía de piratas y ladrones, experta en invasiones agria de odio y muy arpía. Para ella aquel conflicto simplemente era un negocio, tenía a Galtieri de socio jugando a ser San Martín... justiciero y paladín en los umbrales del ocio. Que así, entre copas y copas se encumbraba en el poder con la premisa de ser el militar de la historia, de un pueblo que sin memoria aplaudía su proceder. Con voluntad de ofrecer ese pueblo se reunía para engordar la alcancía de una colecta patriota, sin pensar en la derrota hacia el triunfo seguía. 6 Parecía otro mundial latiendo en los corazones; se cambiaban las canciones que decían “se va a acabar”; por: “los vamos a reventar”, “que vengan que hay municiones”. Entre tanto allá en el Sur recrudecían las batallas y el sonar de las metrallas, cual sinfonía del horror le ponían precio al valor a cambio de una medalla. Nuestros soldados morían y el final se aproximaba, los pozos zorros guardaban impotencia y amarguras en la noche más oscura que a nuestra tierra asolaba. El Papa, Su Santidad, por la paz vino a pedir; su vocación de servir a Dios elevaba el ruego de un pronto cese del fuego por la gloria de vivir. 7 Y fue un catorce de Junio la noche de rendición, tal vez con resignación tras una lucha sangrienta terminaba la contienda y se arriaba el pabellón. Nunca se podrá negar el valor de los soldados: los que hoy están mutilados; los que en combate murieron, los que por suerte volvieron y se encuentran marginados. Y aunque nuestra sociedad injustamente ha olvidado, son los héroes del pasado que han de quedar en la historia por la merecida gloria que el presente le ha negado. No llegué a pisar Malvinas porque estuve en un cuartel, pero por el suelo aquel gasto mi eterna porfía y hoy siembro soberanía con mi verso en un papel. Mario Alessandrini (del libro ConCiencia de PaiSano)

Malvinas argentinas #2deAbril