#ElCantarDeMiTierra

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folklore por siempre!

miércoles, 30 de diciembre de 2020

Recordarlo siempre así mi amigo Antonio Balmaceda con ésta hermosa descripción en texto de un gran amigo nuestro el cantautor Argentino Walter Merlo.

Antonio Balmaceda.
Sr. Honoris Causa en Amistad.

Nelson Mandela, el gran líder Africano quien estuvo 27 años encarcelado, antes de llegar a la presidencia de Sud Africa, supo decir que el dolor más intenso sufrido en su encierro, fue el fallecimiento de uno de sus hijos, el cual manifestó como "Una herida invisible, sangrante, que debería llevar por el resto de sus días". Los que somos afortunados y no hemos atravesado una situación de ese tipo, ignoramos cual y como ha de ser en cada caso, un desprendimiento de esa magnitud.
En los principios de los años 90, quien esto escribe, cumpliría uno de los tantos sueños, las presentaciones en el Festival Nacional de Folklore de Cosquín. En una de esas ocasiones, en que actuaría junto a un Ballet conformado por bailarines de Elena y Alcira Gigena, se acercaria a saludarme alguien que ya nunca más se iría de mis afectos más sentidos ganados en el camino: Antonio Balmaceda, hombre de Gral. Cabrera, quien respetuosamente me brindaría conceptos estimulantes sobre mi participación en el escenario Atahualpa Yupanqui. De allí en adelante sabría privilegiarme con su don de magnífica persona. Encuentros, reuniones, juntadas con canciones y vinos nobles, su generosidad se expresaría de manera constante en cada ocasión y en todo lugar. No fuí el único afortunado con la amistad  de Antonio, fueron muchos y buenos. Cierta vez supo contarme del extremo dolor que se anidaba en su corazón, la pérdida de una hija apenas entrando en la adolescencia. Me contaría que sería un antes y después en su existir, que tomaría las cosas de otra manera. Sin correr tras el dinero, disfrutando de canciones, cantores, comidas, charlas, cuentos y risas. Que cosa peor podría suceder..? Luego de un puñal clavado por siempre sin matarlo, intentaría volverse más humano y servicial. En cada oportunidad en que lo veía, no podía menos que emocionarme por su cristalina, afable y liviana alma. 
Cada cual lleva los dolores como puede. Cada uno procesa las penas a su manera. No se puede elegir, aunque si uno pudiese, cambiaría cualquier éxito, oro y fortuna, para que no se nos adelanten quienes tienen que sucedernos. El queridisimo Antonio, nos honró a muchos con su invaluable amistad y su tiempo sin límites para con los que quería. En la caminata cancionera que hemos atravesado y que aún continuamos, su presencia en los corazones soñadores, tal vez sea uno de los triunfos más bonitos que ha dado ese afán de corretear escenarios de la vida. Esa dignidad con la gran herida a cuestas y una sonrisa permanente, nos queda en un recodo de nuestras almas. Gracias por tu presencia en tantas miradas. Hasta el encuentro, amigo de siempre.
Texto de Walter Merlo 
En la foto Antonio Balmaceda y Guillermo González Alfonso en Cosquín Córdoba!
Foto del archivo de Milagros Cuello Olmos.

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